SUBASTA "RENOVABLE" DEL TERRITORIO. 26 julio 2017. Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria

Autovía cantábrica del Electrón. Fuente REE

SUBASTA “RENOVABLE” DEL TERRITORIO

“Para el capital financiero (…) las tierras hoy inservibles pueden ser convertidas mañana en tierras útiles (…) y manifiesta la tendencia general a apoderarse de las mayores extensiones posibles de territorio, sea el que sea, (…), temeroso de quedarse atrás en la lucha rabiosa por alcanzar las últimas porciones del mundo todavía no repartidas (…)”. (“El imperialismo, fase superior del capitalismo” Lenin-1916)

Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria
surdecantabrianatural@gmail.com

El día 26, los depredadores disfrazados de una nueva “subasta de renovables” -sólo eólicas, ni un solo Mw de fotovoltaica- se quieren repartir el territorio con pequeños cómplices locales.

Dicen que la “gracia” costará cero €, pero el coste social, medioambiental, económico,… es muy alto; los consorcios multinacionales incautan el mejor territorio no urbano -el urbano ya es suyo, de muy distintos modos, véase el prototipo del Centro Botín-, se adueñan casi gratis de los mejores lugares de esta Europa urbanizada, de nuestras montañas y montes comunales para perpetuarse y hacer de ellos y de nuestra historia lo que les convenga, causando gran daño pues, por ejemplo, los parques eólicos son terribles montajes en el mejor territorio natural, comunal rústico que, además de implantar aerogeneradores de 180 m. de alto, destruyen el suelo con pistas de acceso, toneladas de metal, cientos de metros cúbicos de hormigón, líneas de transporte de alta tensión, subestaciones,… y ¡para vender más cara la electricidad!

Se engolan y hablan de cambio de modelo, de transición a un nuevo arquetipo energético que, en realidad, es lo viejo, donde solo añaden una forma más de producir electricidad, que no sustituye a las anteriores, pues es insegura. Se trata de un modelo que duplica la generación: instalan la eólica, mantienen la nuclear, aumentan las térmicas,...

Aquí, los viejos adjudicatarios del concurso eólico declarado ilegal por el TS, corporaciones y bancos a los que la sostenibilidad, la biodiversidad o el cambio climático importa un bledo, ayudados por mínimos mamporreros locales como Crossfield Engineering - la nada en inglés- y la secretista/lobbysta Consejería de Industria, pretenden mantener, de nuevo ilegales, aquellas ubicaciones y suplican que les dejen implantar algún parque eólico. Son tan congruentes que, un ejemplo, EDP solicita megaparques eólicos aquí y, al tiempo, aumenta su inversión en las térmicas asturianas de Aboño y Soto de Ribera para así asegurar su negocio hasta 2030.

Nos quieren conducir a la espiral siniestra de mayor producción, mayor consumo y mayor negocio para los de siempre, a perpetuar el modelo de generación concentrada, en lugares en que el consumo es bajo y hay que trasportar lo que se produce por enormes líneas de alta tensión a donde se consume; agresivo modo de concentrar el negocio y el poder en manos de las mismas empresas del oligopolio.

Se alejan, pues, del modelo energético distribuido, del autoconsumo de balance neto, desconcentrado, de la soberanía energética de todos...; la naturaleza nos regala las energías renovables en lugares concretos, donde sopla viento, luce sol, fluyen ríos,… y no hay daños por transporte si la generación es próxima al lugar en que se va a consumir.

Que no nos engañen, Iberdrola en el Escudo y EDP en Campoo-Los Valles no cumplen los requisitos para adjudicarse/robar nuestras tierras, pues las Consejerías de Medio Ambiente e Industria no les están tramitando ni un solo proyecto, salvo que lo hagan de forma clandestina, delictiva, corrupta,… Simplemente son parte del avaricioso y oscuro megaproyecto eléctrico del capital europeo que en Cantabria se iniciaba ilegalmente hace ya treinta años con la línea a 400.000 voltios Soto-Ribera-Penagos-Güeñes-Itxaso e incluye la estación de bombeo del salto de Aguayo, terribles subestaciones en Mataporquera, Penagos, Aguayo,… y varias superlíneas de 400.000 voltios que, todo ello, muy caro por cierto, por la costa y el interior confluyen en el País Vasco, dirección Francia, a través de la llamada autovía cantábrica del electrón, cuyo solo objetivo es transportar energía eléctrica a/de Europa y lograr que, a toda costa, los de siempre tengan súper beneficios; un negocio multinacional que nada tiene que ver con los chascarrillos sobre autosuficiencia cántabra que, con el puro en la boca, se inventa el nefasto Revilla.

Una muestra evidente del abusivo oligopolio de la producción y transporte eléctrico, que exige una excesiva e injustificable concentración de la producción en las zonas a priori más fáciles, con inasumibles impactos sobre el territorio y la calidad de vida de los afectados es el caso del sur de Cantabria, pues los megaproyectos que dicen asentarse en fuentes renovables dejan de ser inocuos/verdes por su dimensión y ocupación espacial, es cuestión de escala. Un megahuerto solar o megaparques industriales eólicos en montes públicos y tierras con histórico uso agrícola, ganadero cultural, turístico,… causan muchos e irreparables daños.

Que no hablen más, por favor, del imprescindible mallado de la red o la autosuficiencia local y regional, se trata en realidad de agresivas infraestructuras para generar un exceso de energía eléctrica que exportar a Europa, Marruecos,… y, (ab)usando del cable, Cantabria es parte de la autovía europea del electrón con las dañinas líneas de altísima tensión Soto Ribera-Penagos-Güeñes-Itxaso-Argia (Francia); Herrera de Pisuerga-Mataporquera-Virtus-Güeñes-Itxaso-Argia (Francia); La Robla-Velilla-Cillamayor-Mataporquera-Aguayo-Penagos--Itxaso-Argia; Lada-Velilla; Lada-La Robla; Soto de Ribera-La Robla; La Robla-Velilla,…

Un absurdo conjunto de muy agresivas líneas de altísima tensión que, además de la energía de los megaproyectos eólicos, transportaría la de las cinco térmicas asturianas, la de las leonesa-palentinas de La Robla, Guardo y Velilla, la de los eólicos gallegos, castellano-leoneses,… hacia el País Vasco y de allí a Francia, a través de un emisario submarino por el Golfo de Vizcaya, un Proyecto europeo de Interés Común (PCI) ¡Viva el gran capital!

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